Organizaciones de la UE miran hacia Linux ante el impulso de Windows 11 y el aumento de preocupaciones sobre los datos

Microsoft, al reconocer tácticamente que no ha logrado convencer a todos los usuarios de Windows 10 de que migren a Windows 11, ha decidido extender el soporte de Windows 10 por otro año. Esto implica que la mayoría de los usuarios deberán suscribirse a Microsoft 365, lo que a su vez significa que sus datos y metainformación serán almacenados en centros de datos en Estados Unidos. Esta situación no está siendo bien recibida por muchas organizaciones y empresas de la Unión Europea (UE), que están cada vez más preocupadas por la privacidad de los datos.

Hace unos años, ya señalé en estos mismos espacios que Microsoft no quería que los usuarios compraran Windows, sino que se suscribieran a sus servicios en la nube y almacenaran sus datos en sus servidores. Si lo que se busca es un sistema operativo de escritorio real, Linux sería casi la única opción. Desde entonces, las preocupaciones sobre la privacidad no han hecho más que aumentar, especialmente con la administración del presidente Donald Trump, que ha mostrado un interés particular por acceder a los datos de otras personas.