La IA Ahora Puede 'Olvidar' Voces para Combatir los Deepfakes
La tecnología de 'olvidar' voces en la IA es un paso importante para combatir el aumento de los deepfakes de audio, donde las voces se imitan para fraudes o estafas.
Última actualización
Un avance revolucionario en la inteligencia artificial ha permitido que los programas de texto a voz puedan ahora 'olvidar' cómo imitar voces específicas, lo que representa un paso crucial para frenar el auge de los deepfakes de audio. Estos fraudes utilizan imitaciones de voz para llevar a cabo estafas. La técnica conocida como 'aprendizaje automático del olvido' (machine unlearning) enseña a los modelos de IA a olvidar voces particulares, una medida fundamental para evitar el uso indebido de esta tecnología. Los avances recientes en inteligencia artificial han mejorado la calidad de la tecnología de texto a voz, permitiendo que se pueda recrear cualquier texto con la voz de una persona, incluyendo patrones naturales de habla e intonaciones, lo que supera la calidad robótica de los métodos previos. Según Jong Hwan Ko, profesor de la Universidad Sungkyunkwan en Corea y coautor de un nuevo estudio sobre la aplicación de esta técnica en la generación de voz, 'la voz de cualquier persona puede ser reproducida o copiada con solo unos segundos de su voz'.
Podría gustar
- La UE Pilota un Prototipo de Aplicación para Verificación de Edad para Proteger a los Menores en Línea
- Reddit Implementa Verificación de Edad para Usuarios del Reino Unido para Acceder a Contenido Adulto
- Netflix: Más del 50% de los usuarios globales ahora ven anime
- Un tribunal de California ordena a Google pagar 314 millones de dólares por la recolección de datos 'inevitable'
- JPMorgan cobrará a fintechs por acceso a datos de clientes
- Se rumorea que el iPad Pro de Apple tendrá los bordes más delgados hasta la fecha, acercándose a una pantalla completa
- Apple nombra a Sabih Khan nuevo COO, Jeff Williams se retira
- Avance en Captura de Carbono: Filtros de 'Superesponja' Llegan al Mercado Desde Nueva Gigafábrica